Los diferentes tipos de cera dental varían en dureza, pero generalmente tienen una dureza moderada. Por ejemplo, la cera de colado es relativamente dura, lo que permite una reproducción precisa de las formas dentales, mientras que la cera de modelado es relativamente blanda y fácil de moldear.

Tiene una excelente fluidez. Tras calentarse y ablandarse, fluye fácilmente hacia las puntas y esquinas preformadas del diente, replicando con precisión la forma y la textura superficial. Fragua rápidamente tras enfriarse.

Después del calentamiento, se puede moldear en diversas formas según sea necesario, como modelos para coronas temporales, incrustaciones, prótesis dentales, puentes fijos y otras restauraciones dentales, o para la toma de impresiones dentales.